Prepárate para los siguientes puentes
¿Ya sabes qué hacer en las próximas vacaciones? Si tu respuesta es no, ya es tiempo de ir organizándolo. Visita alguno de estos tres lugares, y la diversión de tus niñ@s estará garantizada..
Las vacaciones en familia nos recargan de energía, reducen el estrés y ayudan a la convivencia, sin olvidar que son creadoras de nuevas memorias. Yo por lo menos recuerdo mucho todos los viajes que hice de niña con mis papás y mis hermanas. Siempre esperaba con ansia los días de descanso para escaparnos a la playa o a algún otro destino soleado cerca de la capital. Hoy quiero que mis hij@s recuerden (de la misma manera que yo) sus vacaciones, y es por eso que siempre estoy en la búsqueda de nuevos destinos que los sorprendan. Aquí te dejo algunos sitios cerca de la Ciudad de México que ya han sido aprobados por mis niñ@s. Estoy segura que esta información te será de utilidad para organizar tus siguientes vacaciones.
San Miguel de Allende

Dónde quedarte:
Te sugiero buscar algún hotel cerca del centro histórico, y de preferencia que tenga alberca. Los niñ@s se cansan fácilmente, así que es buena idea que tengan alguna zona de recreo que no tenga nada que ver con salir a caminar.
Ahora, vale la pena que fijes un presupuesto, porque hay hoteles de muchísimos precios. Obvio están el Live Aqua y el Rosewood. Dos increíbles lugares de alojamiento ideales para ir con niñ@s pero cuyo precio pudiera ser un tanto excesivo para quienes tenemos que pagar más de una habitación. Real de Minas y Albor se me hacen dos excelentes opciones para ir en familia, tienen muy buena ubicación y ambos cuentan con alberca. Échales un ojo, y decide por ti misma.


Dónde Comer:
San Miguel ya se ha convertido en un referente gastronómico. Existen varios espacios culinarios con modernas cocinas internacionales que son de llamar la atención, pero cuando se va con niñ@s esto por lo general queda en un segundo plano. ¡No te agüites! hay algunos restaurantes en donde los pequeñ@s son bienvenidos y en el que sus platillos pasan la prueba del más quisquilloso mini comensal, tal es el caso de Bovine. Este lugar se encuentra a cargo del chef Williams Cortés, y pese a que las estrellas de la casa son sus ostiones frescos y lechón con miel de mezquite, a mis hij@s les fascinó la pasta arrabiata con salsa de jitomate y panceta de cerdo, y el jugoso pollito al horno al limón. ¿Se lee bien, no?

Ahora que si no buscas nada fancy, y prefieres algo más común pero rico, una excelente opción es el restaurante Los Milagros. Su menú cuenta con una enorme carta de platillos mexicanos que bien puedes compartir con los niñ@s. Además tiene un ambiente súper divertido y funky que a los chiquitines les encanta, de hecho los fines de semana hay una banda en vivo que toca todo tipo de música. Aquí a los Mendoza, que nos les da ni tantita pena, se acercaron a pedir sus canciones…
Otro espacio súper ad hoc para ir en familia es Mama Mía Campestre. El único “pero” que le veo es que esta fuera de San Miguel (a sólo 15 minutos en coche). El lugar se encuentra en medio de la campiña mexicana, justo a unos pasos del famoso Santuario de Atotonilco. Más allá de su deliciosa cocina al horno y a la leña, este espacio al aire libre cuenta con un hermoso lago en donde puedes alimentar a los pececitos (obvio con la comida orgánica que venden dentro de su tiendita), un corral con animalitos de granja y una linda casa de árbol. Como lees es un sitio donde los niñ@s puede convivir con la naturaleza, divertirse y comer deli.

Qué hacer:
¡Obvio un paseo por el centro histórico! Pero no abuses, que en Semana Santa las temperaturas suelen ser bastante altas y los niñ@s se pueden insolar… Te sugiero visitar la Parroquia de San Miguel Arcángel, la Casa de Allende y la Plaza Cívica. Si tienes chance pasa por un helado a Moöss Frozen Atelier, te juro que alguna de sus gélidas creaciones de yogurt te ayudarán a hacer un paseo mucho más ameno con tus pequeñ@s.
Puede que mientras camines por las calles empedradas del centro te encuentres con más lugares que llamen tu atención, de hecho eso nos pasó a nosotros, y fue así como dimos con el Museo del Juguete. Mejor conocido como “La Esquina”, este espacio almacena más de 3,500 juguetes artesanales. Mis hij@s estaban asombrados con la variedad de artículos, pero sobre todo porque fueron utilizados para jugar en el pasado (ya sabrás cómo nos sentimos mi esposo y yo…)

Otro punto, poco conocido, que definitivamente vale la pena ir es Ranchito Cascabel, un parque arquitectónico surrealista. Sí, como lo estás leyendo. Entre construcciones al puro estilo Gaudhí y extensiones boscosas de matorrales y nopales, tú y tus hij@s disfrutarán de un mágico paseo, y podrán tomarse varias fotos dignas para un álbum familiar.



Tiempo en carretera:
3 horas 40 minutos desde la Ciudad de México.
Acapulco

Dónde quedarte:
Para mí Las Brisas de Acapulco sigue siendo uno de los hoteles ideales para ir en familia. Cada una de las villas, distribuidas en cinco niveles, cuenta con alberca privada. Y por si esto fuera poco, el alojamiento también alberga uno de los clubs de playa más lindos del puerto. ¡La Concha Beach Club es perfecta para los niñ@s! Pueden pasar todo el día sumergiéndose por la alberca de agua dulce, o por alguna de las dos de agua salada. Además su restaurante, especializado en cocina del mar, tiene varios platillos kids fiendly que seguro amarán tus hij@s. Las pizzas son bastante famosas.


Dónde comer:
Aquí sí me la pones difícil. Tengo varios restaurantes que recomiendo mucho, pero esta vez sólo te nombraré los que ofrecen la mejor cocina porteña. En primer lugar está el Paititi del Mar. Este establecimiento se encuentra en la zona Diamante, y está al aire libre. Tiene todo el vibe de Tulúm y entre sus platillos destacan el ceviche Paititi, la tostada de camarón y el pulpo al ajo. Después me voy por el Pesca´o, un pequeño restaurante ubicado en Costa Azul que se ha ganado mi cariño por sus deliciosas tostadas de atún AAA y su cazuela de camarones y pulpo. Acaba de ser renovado y la verdad es que el espacio quedo increíble. Y por último el Beto Godoy, un clásico de clásicos en el bello puerto de Acapulco, específicamente en la zona de Barra Vieja. Aquí la estrella es el pescado a la talla, así que no dudes en pedirlo y acompáñalo con unos ricos sopecitos naturales hechos a mano.



Qué hacer:
Acapulco es un destino para divertirse, así que las actividades que recomiendo aquí son justo llenas de diversión. A mí una de las cosas que más me gusta hacer con mis hij@s es esquiar, y la Laguna de Tres Palos es una de las mejores zonas para realizar este emocionante deporte. Ahí encontrarás de todo, desde la renta de lancha y esquís, hasta instructores que te ayuden.
Otra opción súper atractiva para la familia es pasar un día completo en yate. Este tipo de paseo es perfecto para conocer la bahía desde otra perspectiva. Puede visitar lugares como La Quebrada y la isla de La Roqueta, o simplemente observar las enormes casas que rodean la inmensidad del mar. Te sugiero parar en alguna playa poco concurrida y de bajo oleaje, así los los niñ@s podrán jugar entre las olas, mientras los adultos disfrutan de una botana y alguna bebida refrescante.

Tiempo en carretera:
4 horas 36 minutos desde la Ciudad de México
Valle de Bravo

Donde quedarte:
En Valle hay varias opciones de hospedaje, desde las clásicas cabañas hasta los reconocidos hoteles de cinco estrellas. La cartera es amplia, pero sin duda mis favoritos son Rodavento y Avandaro.
El primero es un oasis en medio del bosque dedicado a la aventura. Tiene 46 habitaciones, todas súper lindas, sin embargo mi preferida es Double Loft. ¡Y es que este cuarto es perfecto para quienes viajamos con niñ@s! Cuenta con dos camas matrimoniales, y un tapanco con dos camas individuales, así como una chimenea y una amplia terraza con vista panorámica. ¡No puedo pedir más! Por si esto fuera poco, Hotel Rodavento tiene un Club de Aventura. ¡Mju! Tirolesa, arquería, pesca, escalada y rappel, entre otras, son las actividades outdoor que te conectarán con la naturaleza, ¡y con tu familia!




El segundo es un clásico para familias. Como su nombre lo dice, está ubicado en Avandaro, la zona trendy de la ciudad. Desde que era una de niña amaba este lugar, y creo que ahora está mejor que nunca. Hotel Avandaro está formado por 81 habitaciones (todas con chimenea y terraza), spa, alberca, campo de golf, canchas de futbol y de pádel. Algunas de estas instalaciones son utilizadas durante el día por el Kids´s Club, un espacio pensado para que los pequeñ@s se diviertan con talleres y actividades. Esto no es todo. Algunas noches el hotel organiza cine al aire libre con fogatas, bombones y palomitas para toda la familia.




Dónde comer:
Tras convertirse en uno de los destinos familiares más amados por los chilangos, Valle no ha dejado pasar la oportunidad de abrir nuevos lugares gastronómicos en donde sus visitantes disfruten de una buena comida y buen ambiente. Y aunque yo ya tenía pensado pisar alguno de mis restaurantes favoritos (Dipao y Los Veleros), esta vez también me di el chance de probar nuevos (Solar y Degustando) ¡y vaya que me sorprendieron!
Solar es un lugar al aire libre y cuenta con un enorme jardín integrado con grandes juegos de madera y brincolines donde los niñ@s pasan horas de diversión. ¡De verdad amé su onda campirana! Además, el menú (bastante saludable por cierto) está creado con ingredientes orgánicos locales. Sí, los vegetales, lácteos y proteínas vienen de ranchos agroecológicos vecinos; y justo por eso sus platillos cambian cada temporada. Es una experiencia que definitivamente deben saborear tanto niñ@s como adultos.



El segundo sitio fue Degustando, un agradable restaurante de cocina española mediterránea dirigido por el Chef Chema Latorre que sin duda nos hizo sentir como si estuviéramos en el país de la península ibérica. Boquerones en vinagre, mejillones al vino blanco, paella valenciana mixta y fideuá de mariscos fueron parte de nuestra mesa. Y aunque mis hij@s terminaron comieron lo mismo, sí que ordené el menú infantil (pasta con salsa de jitomate y pescado empanizado con ensalada y papas fritas), creí que su paladar no estaba entrenado para probar este tipo de sabores…, por lo visto, me equivoqué.



Qué hacer:
Hay miles de cosa que hacer en Valle, y las hay para todas las edades. Es un destino que se ha hecho de fama por su ecoturismo y entretenimiento. Para mí una parada obligada es el Lago y si puedes hacer alguna actividad acuática, aún mejor. Surf en remo, kayak o esquí en agua son sólo algunas.
Otro día puedes salir de cabalgata. En Avandaro hay varios caballerangos que te ofrecen paseos por zonas de interés. Nosotros elegimos la del Velo de Novia y nos fascinó. Fue una excursión diferente, pero increíble. Mientras vas montando el caballo, vas observando increíbles paisajes. En nuestro caso, el destino era la cascada, así que una vez que llegamos bajamos para caminar un poco por sus alrededores y tomarnos unas lindas fotos.

También recomiendo muchísimo ir un día a Muuu Mi Granjita. Fue un éxito en mi familia. Como lo dice su nombre es una granja con más de 50 años de experiencia. Aquí mis hijj@s cosecharon y cultivaron hortaliza, vieron cómo se ordeñaba una vaca, persiguieron una cabra, montaron un ponny y les dieron de comer a los puerquitos. ¡Estaban que no sé la creían! Toma en cuenta que sus recorridos inician temprano, creo que sobre las 9:00 AM. Otra buena noticia es que después de todas las actividades te ofrecen un rico desayuno compuesto por huevo revuelto, frijoles y quesadillas de queso Oaxaca (obvio todos los productos son extraídos de la misma granja).




Tiempo en carretera:
2 horas 42 minutos desde la Ciudad de México.
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