Tiempo de aprendizaje y diversión en CDMX

A ver no me mal entiendas, el Museo del Papalote es una joya en la Ciudad de México que fomenta el aprendizaje, la comunicación y la convivencia de los niñ@s a través de exposiciones interactivas sobre arte, ciencia y tecnología en sus cinco zonas temáticas; y si aún no lo conoces, definitivamente tienes que tomarte un día libre para ir con tu familia a descubrirlo.

Ahora bien, si ya llevaste a tus pequeñas (y exigentes) criaturas al Museo del Niño, al Acuario Inbursa, y hasta al picnic del Bosque de Chapultepec, creo que ya es hora de abrir la puerta, renovar el repertorio y explorar nuevos horizontes. Porque si no lo sabías, hay más de 180 museos registrados en toda la capital, de hecho somos la segunda ciudad del mundo con más museos, después de Londres.

Échale ojo a esta lista de museos poco conocidos, pero súper cool, donde te juro que tus hij@s aprenderán sin darse cuenta (y tú no bostezarás a la mitad del recorrido). Chocolate, juguetes y dinosaurios serán parte de esta aventura cultural.

Entrar aquí en como entrar al sótano de tu abuelita y abrir el baúl de los recuerdos de su infancia. Bueno si tu abuelita hubiera sido una coleccionista obsesiva… Sí, el Museo del Juguete Antiguo exhibe una enorme colección de juguetes vintage y tradicionales, así como otros objetos relacionados con la cultura popular mexicana. Vitrinas hasta el techo llenas de luchadores de plástico y barbies noventeras, rincones visuales al puro estilo kitsch y una azotea alucinante repleta de esculturas hechas de basura los dejarán con la boca abierta.

TIP: No se me hace un lugar para niñ@s menores de 5 años, dudo que quepa una carriola dentro de sus diminutos pasillos, pero lo dejo en ti. Y lleva algo de efectivo, igual te quieres llevar un recuerdito.

Puede que te preguntes que qué vas a hacer hasta Iztapalapa, pero de verdad te prometo que esta zona ofrece mucho más que procesiones y tráfico infernal. El Museo Yancuic es una joya futurista recién salida del horno, llena de salas ultra modernas. ¡Vas a sentirte como si estuvieras dentro de un videojuego!, pero educativo. Instalaciones interactivas sobre ciencia, tecnología, medio ambiente y un área infantil bastante bien pensada son algunas cosas que encontrarás dentro de este lugar. Está de locura, no le pide nada a los museos del primer mundo.

TIP: Te recomiendo ir entre semana, los fines siempre está a reventar.

No es que te vayas a sentir en Charlie y La fabrica de Chocolate, pero sí salivarás por darle una mordida a una barra de chocolate. Ubicado en una casona de estilo colonial, MUCHO te enseñará desde cómo se cultiva el cacao, hasta como se transforma en una tableta. El recorrido se divide en cinco estaciones: Olfato, Tacto, Vista, Audición y Gusto. Aquí distinguirás las aromas del cacao en sus diferentes fases, tocarás utensilios tradicionales usados para su proceso, observarás esculturas hechas a base de chocolate, escucharás sonidos ambientales que recrean selvas tropicales y lo mejor de todo, podrás participar en talleres donde probarás chocolate artesanal.

TIP: El lugar es pequeño, no te llevará mucho tiempo recorrerlo, así que te sugiero combinarlo con otra actividad por la zona.

Dinosaurios, fósiles y un domo super retro que aún sorprende a la vista. Amo este museo. Combina ciencia naturales e historia en un mismo lugar. Es un clásico de clásicos que no puede faltar en la lista. El Museo de Historia Natural es como una cápsula en el tiempo donde encontrarás replicas de tamaño real y esqueletos de dinosaurios, salas dedicadas a la evolución de la vida y del cuerpo humano, y una sala de meteoritos de verdad (sí, piedras espaciales que realmente tocaron el universo). Pese a que el lugar ya tiene sus años, está muy bien conservado, y las áreas son súper visuales.

TIP: Puedes añadirle esa onda de aventura creando una búsqueda de tesoros. Sí, haz una lista previa en casa con “cosas por encontrar”, y deja que tus hij@s las encuentren en su visita.

Puede que no sea el típico museo de jugar y aprender, pero sí uno de los más importantes (y necesarios) para niñ@s mayores de 10 años. El Museo de Memoria y Tolerancia es una experiencia fuerte y valiosa. Aquí hay historias reales que nos hablan de la humanidad, empatía y justicia; relatos que sin duda ayudan a crear mejores generaciones. Instalaciones interactivas, videos, objetos históricos y testimonios harán que la visita sea mucho menos cruda.

TIP: Antes de entrar al museo explícales a grandes rasgos qué es lo que van a ver, y aclárales que algunas partes pueden ser difíciles. Haz pausas, sobre todo si ves que algo los impactó de más. Y obvio después de la visita pregúntales como se sintieron.