Un lugar que lo tiene todo

Escápate un día del fin de semana a Lago/Algo, un espacio gastronómico y cultural que no sólo acaba de renacer, sino que lo está haciendo con mucha fuerza.

Le traía unas ganas enormes a este lugar desde su apertura en el 2022, y finalmente después de tres años se me hizo conocerlo. ¡Todo lo que había escuchado era real! Comida, ambiente, arte, arquitectura y naturaleza en un mismo sitio. ¿Qué más puedo pedir? ¡Que sea kids friendly!

Desde que bajamos del coche y nos acercamos a la entrada del lugar, mis hij@s se echaron a correr muy emocionados hacia la fuente. A simple vista no se veía mucho más que una linda vegetación, pero a medida que me iba acercando note que uno de mis gemelos ya estaba trepado en una cuerda, el otro en un columpio, y Camila, acostada cómodamente en una hamaca. Y es que está tan bien hecha esta área de juego y relajación que casi pasa desapercibida, logrando así conjugarse a la perfección con el concepto del lugar.

Total, tras un rato de estarse meciendo, le dije a los niñ@s que ya era hora de comer y de meternos al restaurante. Nosotros fuimos en sábado, y el lugar estaba a reventar, así que si no llegábamos a tiempo, seguro nos quitaban la mesa (algo nada agradable para quienes vamos con niñ@s hambrientos…).

Una vez dentro, nos recibió un impresionante mural de 300 m2. Es imposible no fijarse en esta increíble obra de arte de Yann Gerstberger. ¡Obvio mis hij@s pidieron a gritos que les tomara una foto! Y su deseo fue concedido.

Bajamos por las escaleras para llegar por fin a lo que alguna vez fue el Restaurante del Lago, hoy llamado simplemente Lago. Pese a que la estructura es prácticamente la misma, su diseño sí que ha cambiado. Ahora se ve más fresco y renovado. Su estilo es limpio y natural. Ya no están las clásicas mesas de manteles blancos, hoy son moderno tableros de madera y sillas de bejuco los que reinan en el lugar. Mobiliario que sin duda se adecúan al nuevo modelo de “la granja a la mesa”.

Sí, tantos los desayunos, como comidas y cenas, están orientados al consumo consciente de los alimentos. En Lago se cocina con proteínas animales de ranchos de pastoreo, productos del mar clasificados como sostenibles y, frutas y verduras cultivadas sin pesticidas.

La gastronomía (más internacional que mexicana) se encuentra a cargo de Micaela Miguel, quien seguro conoces por Casa Virginia y Delirio. A nosotros nos tocó probar los desayunos, y aunque al principio estaba un poco ansiosa de que dentro de la carta hubiera opciones para niñ@s, al final todos comimos delicioso.

A mis hij@s les ordené un pan francés. Venía con queso ricotta, frutos rojos y macadamia, pero todos estos ingredientes los pedí a parte para que ellos decidieran qué probarán y qué dejar, por supuesto que el queso se quedo a un lado…. ¡fue una lástima!

Yo me fui por unos huevos con mole. Todo, hasta el emplatado, estaba de impacto. Mi platillo consistía en dos huevos estrellados sobre una cama de mole poblano, cubiertos con un mix de hierbas y verduras encurtidas que le dieron un toque bastante original.

Mi esposo, quien es un poco más tímido con los sabores, eligió la torta de lechón (sólo disponible los fines de semana) y le encantó. Traía cebolla encurtida y mayonesa de habanero, dos elementos básicos para su gusto. Fue tal su expresión tras la primer mordida, que uno de los niñ@s hasta le pidió una “probadita”.

Una vez que terminamos de desayunar, no podíamos dejar pasar la oportunidad de ver la exposición de arte de la galería OMR. Justo en el piso de arriba, se encuentra la sala más grande. Ahí vimos obras plásticas, audiovisuales y en movimiento. Camila, Alonso y Leonardo estaban fascinados con cada una de ellas. Creo que son creaciones artísticas bastante llamativas tanto para niñ@s como para adultos.

Asimismo, en la plata baja, hay una espacio súper agradable con sillones y sillas para que la gente pueda contemplar la increíble vista que tiene Lago/Algo hacia la gran masa de agua que envuelve al Bosque de Chapultepec. ¡Sin duda un zona que pisar si quieres una fotografía de recuerdo!

Definitivamente es una visita obligada para quienes vivimos y no en la Ciudad de México. Ve, y compruébalo por ti misma.

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